Marvin Harris explica de forma un tanto irónica la teoría
clásica sobre la transición de la vida en bandas de cazadores-recolectores a
aldeas agrícolas. Dicha teoría dice que los hombres solo podían recoger lo
justo para alimentarse a diario, de modo que vivían al límite de la subsistencia,
soportando penurias y enfermedades hasta que alguien descubrió que se podían plantar
las semillas y recoger los fruto, y por fin pudieron asentarse y vivir una vida
más tranquila.
Harris argumenta la falsedad de esta teoría basándose en que
la vida de los actuales pueblos recolectores (como por ejemplo los bosquimanos)
no es en absoluto difícil, sino que incluso dedican menos horas que nosotros a
procurarse el alimento – junto a los restos paleolíticos se han encontrado
numerosos huesos de animales y los esqueletos de los pobladores del paleolítico
demuestran que estaban muy bien alimentados. Así pues, mientras la densidad de
población se mantenga relativamente baja, los recursos disponibles serán suficientes
sin tener que intensificar la producción, y los cazadores podrán seguir
disfrutando de mayor tiempo libre y de una buena dieta.
Con toda la información que hemos podido encontrar sobre
los bosquimanos, podemos observar que no tenían una vida difícil, sino que, en
el caso de las mujeres solo iban a buscar 2 o 3 veces por semana vegetales y
los hombres cazaban 16h semanales.
Actualmente las personas trabajan mucho más para poder ganar un sueldo y así
poder vivir, mientras que los bosquimanos así ya podían comer durante una o dos
semanas. Esto que hacen los bosquimanos, se conoce como agricultura de subsistencia;
los vegetales que cogían las mujeres se comían el mismo día que las habían
comido, normalmente no las dejaban para otros días.
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